(Agencia)
Ciudad de México.- Investigadores mexicanos especialistas en infectología pediátrica y nutrición, estudian la manera en que alimentos probióticos –aquellos que contienen microorganismos vivos— como los yogures y el jocoque, podrían ayudar a la recuperación del sistema inmunológico de niños que han sido hospitalizados por abuso de antibióticos, con desnutrición grave o porque están en algún tratamiento contra el cáncer, que los deja inmunodeprimidos.
El doctor Sarbelio Moreno Espinosa, jefe del Departamento de Infectología del Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, ofreció una conferencia sobre Disbiosis o pérdida de bacterias en el tracto intestinal por abuso de antibióticos, ante médicos especialistas en pediatría e infectología, reunidos en la Cumbre Sanofi 2015.
En esa exposición indicó que en México es muy común que se administre algún antibiótico a los niños y niñas antes del primer año de edad, a pesar de que esto no es recomendable. Como efecto colateral se destruyen las bacterias que habitan en el intestino de los niños y se les resta la posibilidad de que su cuerpo tenga un aprendizaje defensivo. Esto es efecto del uso inapropiado de los antibióticos, principalmente durante los años que se vendían sin receta médica en todo el país.
Microbiota es el término con el cual se conoce lo que hace décadas se llamaba flora intestinal. Se refiere a todas las bacterias que cubren las paredes del cuerpo humano, por dentro y por fuera, para mantener un equilibrio químico-biológico como si se tratara de un ecosistema. Hay microorganismos protectores y otros agresivos, pero la interacción de ambos sirve para entrenar al sistema de defensas. Esta microbiota se puede debilitar por diferentes circunstancias y actualmente en México y en todo el mundo hay interés en conocer cómo funciona, cómo se conserva y cómo se estimula.
Posteriormente a la conferencia, el doctor Moreno Espinosa indicó que los doctores Guillermo Ruiz Palacios y Lourdes Guerrero, del Instituto Nacional de Nutrición, así como él mismo han realizado estudios en comunidades sobre la manera como la leche materna y la administración de probióticos disminuye la incidencia de infecciones graves en niños. Desde 2003 demostraron que la leche materna disminuye la incidencia de enfermedades por rotavirus.
Además de lo que ya se ha realizado en décadas anteriores de investigación científica en México, agregó que hay otras áreas de interés emergentes que se podrían impulsar en México si se recibe apoyo con recursos financieros y las autorizaciones de los comités de bioética para investigación, por ejemplo el medir cómo se daña y cómo se recupera la microbiota en niños con cáncer sometidos a quimioterapia.
“Por ejemplo, en el Hospital Infantil de México, en el que cerca del 50% de los pacientes son niños con cáncer, vemos con mucha frecuencia que tienen su sistema inmune deprimido por las quimioterapias. Ahí mismo tenemos niños que fueron sometidos a trasplantes de hígado, riñón, corazón y córnea, quienes también están inmunocomprometidos y por eso se enferman frecuentemente.
Si bien existen recomendaciones de que no se debe dar a ese tipo de niños alimentos probióticos, hay estudios de adultos con VIH que se han visto beneficiados con los probióticos. Esa es una línea de interés de estudio, pero tiene que estar muy bien fundamentada para que sea aprobada por comités de ética”, dijo el médico mexicano.
Dos de los grupos en los que se podría estudiar el posible efecto positivo de estos probióticos es entre pacientes neutropénicos febriles que han sido sometidos a quimioterapia o en los pacientes con desnutrición crónica.
“El enriquecer la microbiota podría ser una herramienta adecuada para su tratamiento, pero son líneas que nos permitirían llenar grandes huecos que hay en el conocimiento de este campo”, dijo el doctor Sarbelio Moreno.