Por Jaime Luis Soto
Durante varios años, hicimos reportajes sobre la situación económica en las colonias más pobres de la capital tamaulipeca.
Pudimos constatar las condiciones precarias en que vivían cientos de familias donde los niños pasaban hambre.
Sin embargo, una cosa siempre me llamó poderosamente la atención: En todas las viviendas humildes podían faltar muchas cosas como el refrigerador, el comedor, la estufa, la lavadora, la plancha, la sala, etc.
Pero en prácticamente ninguna casa podía faltar ese aparato llamado televisión.
Y los niños tal vez no se sabían los nombres de nuestros héroes nacionales pero sí sabían quiénes protagonizaban las caricaturas mientras que las mujeres, las telenovelas.
Increíble pero cierto: A los jefes de familia les preocupaba más dar el abono de la tele en la mueblería que comprar las cosas indispensables para el hogar.
En aquellos años era casi imprescindible la televisión pero ahora, según los estudiosos, está en estado de coma y a punto de fallecer.
¿Será cierto…?
¿Se imagina Usted a un México sin televisión…?
En mi punto de vista, no creo que la televisión desaparezca, al menos a corto y mediano plazo, pero lo que es una gran verdad es que las redes sociales le han propinado una severa golpiza.
Y es que hace un par de décadas las familias se reunían alrededor de la tele, hoy todos andan absortos con celulares, laptop y tabletas sumergidos en el YouTube, Facebook, twitter y otras redes.
Sin embargo, las dos más importantes cadenas televisivas –léase Televisa y Tv Azteca-, le apuestan a un público que todavía les es fiel: El infantil.
Según un estudio del Instituto Federal de Telecomunicaciones, en México los niños pasan al día alrededor de 4 horas y medía viendo televisión.
Yo agregaría otro público, el de la tercera edad que no alcanzó a comprender la llegada de otros medios electrónicos donde puedan entretenerse.
Podría decirse que la televisión están en terapia intensiva, pero a corto y mediano plazo todavía tendrá fuerzas para seguir manipulando a millones de mexicanos con sus programas chafas.
¿Y en un futuro lejano…?
Muchos apuestan a que llegará la hora en que la tele se convierta en un triste aparato de museo.
Y ni modo…
LA FURIA DE LA NATURALEZA.
En Tamaulipas los cambios climáticos tienen con el Jesús en la boca a todo mundo.
Las impactantes imágenes del tornado que devastó a Ciudad Acuña, Coahuila nos hacen reflexionar y pensar si estamos preparados para el impacto de un fenómeno meteorológico de grandes proporciones.
Recuerdo la película Twister (Tornado) que realizó en 1996 el productor gringo STEVEN SPIELBERG que relata las vivencias de unos cazadores de tornados y en donde pudimos ver casas, vehículos y personas volando por todas partes.
Algo parecido ocurrió en Ciudad Acuña…
Y esperemos que eso no se vuelva a repetir en aquella ciudad ni en ninguna parte de nuestro país.
Sin embargo, ¿Quién puede contra la poderosa furia de la Madre Naturaleza…?