(Agencia)
Ciudad de México.- “La música es una especie de religión para mí. Una forma de expresión que me hace sentir vivo, incluso podría escribir un libro completo sobre el tema”, aseguró Joshua Bell, conocido como el “poeta del violín”, quien confesó también ser un terrible pecador de éste, ya que cuando se interpreta a Mozart o Beethoven se trata de hacer justicia a estos dioses, aunque no se es tan perfecto”.
Así lo comentó vía telefónica desde Nueva York, a unos días de presentarse en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, los días 6 y 8 de junio acompañado por la Academy of St. Martin in the Fields.
“La música de Beethoven no habla de política o de acontecimientos actuales, sino de la naturaleza humana, de la belleza, del amor, del enojo, de emociones universales que ni las mismas palabras pueden decir. En el caso de Mozart es una música más humorística con un estilo operístico”, destacó el intérprete estadunidense.
Para el violinista, ganador de dos premios Billboard, dijo que obtenerlos lo hace sentirse feliz, porque muestra que la gente responde a su música clásica, pero no es la razón por lo que la hace. “Me siento orgulloso de dejar un legado a mis nietos, pero no lo hago por vender discos”.
—¿Qué siente cuando está en el escenario frente al público?, se le pregunta al intérprete, quien a los 14 años fue solista con la Orquesta de Filadelfia, dirigido por Riccardo Mutti.
—“Cuando estoy en el escenario me siento más vivo que en otros momentos, mientras interpreto obras de grandes compositores como Beethoven o Mozart es como estar en la gran presencia de la gran verdad, la música de grandes compositores es lo que se trata el mundo”.
Bell destacó que hará su debut como director con la Academy of St. Martin in the Fields. “Es cómo manejar un Ferrari, un gran lujo que lo hace ser un mejor músico. La ventaja de dirigir es que puede explorar nuevos colores y pedir nuevas sutilezas, llegar a otros extremos”.
Sobre los recitales, dijo que cada uno terminará con una sinfonía de Beethoven. “En el primero será La Heroica y el segundo con la Séptimas Sinfonía. Otras obras en el repertorio serán el Concierto para violín en mi menor, de Felix Mendelssohn; el Concierto para violín número 1 de Max Bruch.