Por Itzchel Moreno
Al presumir que un nutriólogo puede detectar con un aparato la edad de los órganos internos, otra mujer dijo con seriedad, me interesa ese tema, yo quiero saber qué edad tiene en realidad mi vagina.
La mujer presuntuosa de contar con una edad visceral de 27 años en sus órganos, estalló en una carcajada, mientras la otra no perdía la seriedad por su pregunta.
¿La edad de tu vagina?, cuestiona incrédula de nueva cuenta con tranquilidad…
“Sí, la edad de mi vagina”…
Honestamente puede haber un número reducido de mujeres preocupadas por la edad vaginal, pero la verdad es que esta sufre tantos cambios como el resto del cuerpo y cada una de las zonas externas.
De niñas vimos cómo se pobló de vello el monte de venus, luego con espejo en mano deseamos observar por curiosidad ¿Cómo era el himen?…
Con la primera noche de amor se pudo experimentar dolor, torrentes inexplicables de pasión y sometimos por moda el pubis a la depilación con cera, al rastrillo y al láser.
Embarazadas perdimos de vista la zona, otras quedamos traumadas ante las episiotomías o desgarres y otro grupo de mujeres ante malas intervenciones han vivido con relaciones dolorosas luego del parto.
La vagina durante todo este tiempo se expandió, regreso a su tamaño original, soporto las caídas en patines y se amoldaba ante los productos masculinos, anchos, cortos o jumbo.
Y pocas pensamos en ella…
Lo cierto es que la vagina creció y está comprobado que al igual que el resto de los órganos, con la edad requiere un poco más de atención.
Si aún hay vello, tendrás canas más allá de los 50 años, pero antes de llegar a los 40 ejercitala con los movimientos de Kegel, que son contracciones voluntarias para reforzar los músculos de la pelvis.
Se puede consultar a un doctor sobre algunas soluciones en torno al tema de rejuvenecimiento vaginal.
Y ahora no la pierdas de vista, que por ella también han pasado los años.