Por Itzchel Moreno Maldonado
Ser criado por el padre era antes un hecho casi inusal, no cualquiera iba por ahí como Pita Calzas largas luciendo un atuendo único y perfectamente incombinable.
Hoy está creciendo una generación de niños criados por los padres y con base en el censo de población y vivienda existen 907 mil padres que viven con sus hijos, sin la figura materna.
Del otro lado de la acerca existe igual número de jovencitas en México que no optaron por la interrupción legal del embarazo, pero luego del nacimiento decidieron que no serían madres y entregaron a los niños para la crianza al padre.
Otros ingresaron de manera habitual al matrimonio, y se acostumbraron a el, hoy tienen entre 25 y 59 años de edad y 2.5 millones son padres y adultos de la tercera edad, padres y comparten la vida a lado de una mujer.
Se ha comprobado que la presencia de los padres en el hogar aporta seguridad a los niños. La ausencia de la madre genera en los niños desconfianza, sobre todo si esta separación ocurre en el primer año de vida.
En el caso del padre su ausencia en el hogar también genera falta de seguridad, pero al quedarse al frente donando amor, generan un orgullo mayor en los hijos, pues les hacen sentir únicos.
Hoy en el círculo inmediato de todos existe alguien criado por su padre.
Es verdad que ellos aún no tienen derechos en la guardería, que apneas los servidores públicos y la ley federal del trabajo les otorga unos días para disfrutar la paternidad en Tamaulipas y México, respectivamente.
¿Y las mujeres?, las que nos quedamos para ser cincuenta por ciento padres y el resto madre, que hay…
Estánn creciendo los hombres en responsabilidades, estamos decidiendo nosotras, otras tenemos la carga encima y el resto de los hombres huyen de la paternidad o nunca la reafirman.
Al final generaciones de niños poco seguros…
Así lo expresan investigadoras argentinas en “La función materna en familias con madres ausentes”, quienes detectan que ellas, las mujeres, sin importar el tiempo histórico o el movimiento social son las donadoras de amor, ellas, las investigadoras concluyen que para ser sustituida una madre, el niño debe quedar a cargo de una persona capaz de entender e interpretar las necesidades del niño.