(Agencia)
Ciudad de México.- Casi 2 mil 600 millones de euros es la cifra que Bussines Book calcula mueven los equipos de F1 durante la temporada. Una cifra espeluznante, que tira por los suelos cualquier eventualidad de control de costes o techo presupuestario que se pueda imponer. Una cifra que, pese a la crisis, ha ido en aumento en los últimos años –desde 2010–, al menos para los equipos grandes, y que representa un gasto de 136 millones por cada carrera.
Según esta publicación anual, con varios años de experiencia en el sector, los cuatro equipos grandes tienen presupuestos superiores a los 400 millones de euros cada uno. Las diferencias son abismales entre ellos y los equipos de cola de pelotón que a duras penas sobreviven.
Red Bull, a quien el estudio adjudica el mayor gasto, tendría un presupuesto más de 5 veces superior a Manor-Marussia. Sus estimados 468,7 millones del equipo austríaco contrastan con los 83 millones calculados al superviviente Manor-Marussia.
Para el cálculo, Marc Limacher, autor del estudio, divide los ingresos de los equipos en tres aspectos. Lo que cobran por los derechos comerciales de TV, es decir por el “Pacto Concordia”, que representa casi el 40% de los ingresos totales aproximadamente. Lo que ingresan por patrocinio, algo menos del 40%. Y restante, poco más del 20% aportado por los partners, que no es quizás propiamente un ingreso de los equipos sino un ahorro en gastos por las piezas, trabajos de desarrollo o servicios ofrecidos de forma gratuita a cambio de retorno en imagen.
Los presupuestos sufrieron un notable incremento el pasado año en buena parte por el cambio de reglas y la factura acrecentada de los motores, tiene la culpa. La aparición de nuevas tecnologías de diseño virtual, la necesidad de adaptar túneles de viento, de contar con mejor diseño y simulación virtuales por ordenador, de los simuladores y el recurso a los bancos de pruebas de AVL, pesan como una losa.
Williams, el único equipo que cotiza en bolsa, declaró el pasado año unas pérdidas cercanas a los 50 millones de euros y para 2014 se ha visto obligado a aumentar su presupuesto en un 21%, debido en buena parte al precio de los motores, que se ha doblado con creces.
Lo curioso es que desde 2010 en la F1 la palabra crisis se viene repitiendo una y otra vez. Se habla de contención de costos, pero se va en la dirección contraria.