Ciudad de México.- El secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, viajó ayer a Israel para aplacar los ánimos del gobierno de Israel, que repudia el pacto y opina que el acuerdo de las potencias alcanzados con Irán la semana pasada es nefasto para su Estado y para el mundo.
“Nuestro compromiso con la defensa de Israel sigue siendo sólido como una roca”, aseguró Carter en una rueda de prensa conjunta con su homólogo israelí, Moshé Yaalón, en el Ministerio de Defensa de Tel Aviv.
“Buen acuerdo”. Carter lo calificó como un “buen acuerdo” y dijo que “está diseñado para impedir que Irán adquiera armas nucleares”, principal temor de Israel.
“Seguiremos reforzando la seguridad de nuestros aliados y amigos en la región, especialmente Israel, para ayudarles a defenderse de la agresión y supervisar la influencia iraní”, manifestó Carter, en el que es su primer viaje a Israel desde que asumió el cargo en febrero.
Añadió que Barack Obama le ha transmitido que no escatime en esfuerzos para apoyar a los aliados regionales. “El presidente me ha subrayado en muchas ocasiones: Provee todas las opciones en el caso de que Irán viole el acuerdo”.
Aprobado unánime. Mientras tanto, en la sede de Naciones Unidas de Nueva York, los 15 países que conforman el Consejo de Seguridad aprobó por unanimidad la resolución 2231, que permitirá la entrada en vigor en 90 días del acuerdo.
Según el texto, siete resoluciones de Naciones Unidas sobre Irán —y con ellas multitud de sanciones— dejarán de ser efectivas tan pronto como la Agencia Internacional de la Energía Atómica verifique que el país persa ha cumplido con ciertas medidas clave incluidas en el pacto.
Entre otras cosas, Irán debe desmantelar en las próximas semanas dos tercios de sus centrifugadoras y reducir sus reservas de uranio enriquecido de unos 12,000 a sólo 300 kilos.
Con ello, Teherán pasará de disponer de material “suficiente como para producir unas diez bombas atómicas a tener una fracción de lo necesario para fabricar una”, destacó tras la votación la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power.