Ciudad de México.- El fabricante ruso del sistema antiaéreo BUK, uno de cuyos misiles es señalado por el derribo del vuelo MH17 en el este de Ucrania en julio del año pasado, rechazó ayer desde Moscú las conclusiones de la investigación internacional dirigida por Holanda.
Ian Novikov, director de la fábrica de misiles Buk, dijo en una conferencia de prensa previa a la presentación del informe, que el avión fue derribado por uno de su misiles, un 9M38, que fue producido en la época de la Unión Soviética, y que —subrayó— es “utilizado por el ejército ucraniano”, pero que dejaron de construir en 1986.
Novikov aseguró que la empresa realizó una prueba que “desmiente la versión de los holandeses respecto al tipo de misil utilizado y el lugar de su lanzamiento”.
El día de la tragedia, no sólo Ucrania, si no varias líneas aéreas de países vecinos y organizaciones internacionales no estimaron adecuadamente los riesgos, no se pensó en el riesgo de un avión civil, de cruzar por una zona en conbatre.