Ciudad de México.- La idea de que con la llegada de la era industrial se redujeron las horas de sueño y que los antepasados del hombre dormían más es probablemente errónea, según un estudio publicado ayer en la revista Current Biology. El estudio, liderado por el profesor de psiquiatría de la Universidad de California en Los Ángeles (California, EU), Jerome Siegel, involucró a grupos indígenas en Bolivia, Tanzania y Namibia que mantienen hábitos tradicionales de caza y cultivo de la tierra, similares a los de los antepasados que determinaron la evolución humana.
Los Tsimané (Chimané), cazadores y horticultores de Bolivia; los Hadza, cazadores que viven cerca del Parque Nacional Serengeti de Tanzania y los San, cazadores que habitan en el desierto Kalahari de Namibia, duermen una media de seis horas y media diarias y raramente toman siestas.
Además de medir cuánto y cuándo duermen, durante el invierno, los investigadores examinaron también su temperatura corporal y la cantidad de luz a la que estaban expuestos.
“El argumento siempre es que la vida moderna redujo las horas de sueño por debajo de las de los antepasados, pero los datos indican que eso es un mito”, afirmó en un comunicado Siegel, considerado una autoridad internacional en asuntos relacionados con el sueño.
Siegel comenzó a estudiar los patrones de sueño entre grupos indígenas hace dos años, al pedir a los antropólogos que estaban trabajando con ellos que llevasen dispositivos del tamaño de un reloj para medir las horas de sueño así como la exposición a la luz.
En total, los investigadores recolectaron información sobre 94 adultos durante un total de mil 165 días, en el primer estudio sobre los patrones de sueño de grupos que mantienen estilos tradicionales de vida.
Entre los mitos que se echan por tierra está también el de que nuestros antepasados se iban a dormir tras la puesta de sol.
Los participantes en el estudio se mantuvieron despiertos, en términos medios, tres horas y 20 minutos después del atardecer.
“El mantenerse despierto tras la puesta de sol es absolutamente normal y no parece ser algo nuevo, aunque la luz eléctrica puede haber extendido las horas que estamos despiertos”, afirmó Siegel.
La mayoría de los estudiados duerme una media de 6.5 horas, en el rango bajo del espectro de las medias de sueño de los adultos en sociedades industriales de Europa y América.