Ciudad de México.- La detención ayer del legislador Delcídio Amaral, jefe del oficialismo en el Senado de Brasil y arrestado por orden de la Corte Suprema, ha enredado aún más la crisis política que vive ese país y ha encendido las alarmas en el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
Amaral, del Partido de los Trabajadores (PT), fue detenido por la Policía Federal debido a que intentó sobornar a uno de los detenidos por las corruptelas en Petrobras para que no aceptara un acuerdo de cooperación judicial a cambio de una reducción de pena.
“Digno de la mafia”. La Fiscalía comprobó que el senador contactó al ex director de Petrobras Nestor Cerveró, detenido por el caso, y le ofreció 13 mil 300 dólares por mes a cambio de su silencio e incluso le planteó ayuda para una eventual fuga al exterior.
La oferta quedó registrada en documentos y grabaciones hechas por la Fiscalía con autorización judicial que “no dejan lugar a dudas” y suponen “el comportamiento digno de un miembro de la mafia”, declaró el juez al justificar la detención.