Este año la secretaria de salud aplicará una inversión de 73 millones de pesos en el combate al vector que trasmite el Dengue, el Zika y el Chinkungunya. Apenas el año anterior se destinaron 20 millones de pesos para las campañas para controlar la proliferación de esta especie, que de no atenderse, puede provocar la muerte de los contagiados.
Las tres enfermedades ponen en riesgo la salud de la población. El caso es que de acuerdo a los reportes de la secretaria de salud, la incidencia no es tal, que amerite cuatriplicar el presupuesto para estos fines.
Según la estadística de la dependencia, en los primeros meses de este año se han registrados 7 casos sospechosos de Chinkunguya, cero de Zika y 42 casos de dengue. Mientras que el año anterior la incidencia de dengue se reflejó en 659 casos, con 36 casos “sospechosos” de Chinkungunya y uno de Zika.
Es menester apuntar que para que aparezca un brote o casos aislados de los tres enfermedades, se requiere que haya humedad, que se registren precipitaciones que por los menos alcancen la media nacional, como le llaman los especialistas, para que se genere la humedad y la temperatura propia que impulse la proliferación del vector transmisor.
El año anterior fue un año húmedo con una temperatura adecuada para que se incrementaran la proliferación del mosco y por ente estas enfermedades y no fue así. Y el 2016 según los meteologos, será un año seco, cuyas características no favorecen la incubación de la larva de esta especie.
De ahí que el anunció con bombo y platillo, de los 73 millones de pesos para combatir el mosco, despierte sospecha de que los recursos podría estar perfilados para a otros presupuestos, a otros proyectos incluso ajenos a la noble tarea de la salud.
No obstante, hay que reconocer que hace tres años se disparó la incidencia de estos padecimientos, pero también es menester recordar que durante los primeros años del sexenio anterior los casos de dengue se dispararon, casi rebasaron los 10 mil y dio la impresión -por ser una práctica recurrente- de que la dependencia había maquillado las cifras.
Pero en realidad parece o al menos así se ve, que cada nueva administración gubernamental. Llega buscando culpables o a quien cobrárselas. Lejos de ajustarse a los manuales de operación correspondientes a cada programa gubernamental. Andan cazando brujas y tienen a las hechiceras de cabecera, pero así son los políticos.
La premisa anterior despierta cierta voluntad para pensar que el encargado de la salud en la entidad Norberto Treviño García Manzo. Es un hombre honesto de abolengo, con nombre y prestigio. Pero también hay que recordar la máxima de Doña Tina, que en Arca abierta hasta el más justo peca.
En otro orden. Será importante la inclusión de David Vallejo en el equipo de campaña del candidato del PRI Baltazar Hinojosa Ochoa, aunque dejo tareas importantes en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, que retomará una vez que concluya el periodo de campañas electoral.
Vallejo es un hombre capaz, que en este mundillo de la política partidista lo trajo Mario Ruiz Pachuca, quien por cierto en las próximas semanas estará en esta capital, pero su capacidad no se la debe a Mario Santiago.
Sus aptitudes, pero sobre todo su capacidad de acidez para desintegrar y ofrecer lecturas interesantes en el terreno del análisis, le ha permitido tener juicios verdaderos que lo conducen a conclusiones sólidas y certeras. Por lo mismo a quienes han contratado sus servicios lo han confirmado. Sobre todo por su capacidad para tumbar las grillas de los amigos de los amigos de con quién trabaje.
Quizá por ese motivo desde la llegada a la rectoría de Enrique Etienne Pérez del Río es una figura importante en los proyectos que ha ejecutado el propio rector. Será por lo mismo un vínculo importante de la Universidad con los nuevos grupos de poder.