No cabe duda que la política es buena, pero a la vez hace daño, porque cuando hay elecciones federales, estatales o municipales, inicia un chapulineo espantoso, ya que unos y unas se van de partidos, para incorporarse a otros, esto es lo que está sucediendo en los partidos políticos que juegan con sus candidatos para ganar puestos de elección popular en Tamaulipas.
No es fácil entender a quienes se dican a la política, porque algunos les ha dado todo y otro no, en tanto, estos últimos aguantan todo e inclusive violando sus derechos humanos siguen firmes en sus partidos políticos, pero quienes no tienen en su sangre los colores de sus institutos se van a otros como si nada.
Esto se ve en los partidos políticos del PRI, PAN y PRD, en los demás también, pero estos son lo que sacan la cabeza en cada elección, donde algunos al no convenirles los intereses emigran a otros burós políticos, como fue el caso del diputado panista, Juan Martín Reyna García quien llegó por las siglas del PAN y ya no lo será, sino que se fue con el PRI en apoyo a Baltazar Hinojosa Ochoa.
Cabe hacer mención que este sujeto llegó por Acción Nacional y apoyado por Leticia Salazar Vázquez, ambos ganaron sus respectivas elecciones pasadas, ella como alcaldesa y él como legislador de mayoría de unos de los distritos electorales de Matamoros, hoy les da la espalda y se va al PRI, donde dicen nunca se salió, porque no renunció al partido.
Acciones como estas se ven, repito en todos los partidos, pues ahí tienen a Gustavo Cárdenas Gutiérrez, todo lo hizo por Acción Nacional, hasta alcalde, diputado local, senador y demás, ahora está empotrado en el Partido Movimiento Ciudadano, antes Convergencia.
Se puede citar también a Emiliano Fernández Canales, llego con Convergencia, luego a Movimiento Ciudadano, recientemente fue funcionario estatal en comunicación del Gobierno del Estado de Egidio Torre Cantú y hace poco renunció para irse a la campaña de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, candidato del PAN a la gubernatura del Estado.
En fin, podemos hablar y hablar de muchos de estos políticos que más bien son “chapulines de la política” en la entidad, pero que al final de cuentas lo único que enseñan es el cobre, porque no llegan más allá de lo que son y han sido siempre, colgándose como changos de las lianas en los árboles.
Veremos que sucede con todos estos chapulines de la política en Tamaulipas, porque cambiarse de bando dejan mucho que desear; es decir, por ejemplo, sino son mis intereses me voy, como en Altamira, la candidata alcalde, como las fórmulas a diputados de mayoría relativa son del PAN y antes eran del PRI, vivieron de este partido, inclusive el esposo de esta candidata panista, fue alcalde de ese municipio pero por las siglas del PRI. Por eso para vergüenzas no ganamos.
Este chapulineo político, es más que denigrante, sería saludable que todos los partidos políticos cambien sus estatutos internos y sean más severos con todos ellos que se van como Juan por su casa; es decir deben de exhibirlos de todo los que han sido en sus institutos políticos, porque de ellos han comido y dado educación a sus hijos, unos hasta más ricos se han hecho y hoy de la noche a la mañana se van.
Todos y todas las que se van a otros partidos son y serán chapulines, porque han saboreado las mieles del poder y no les gusta estar afuera, no de la política sino de los presupuestos y prerrogativas económicas que se tienen en todos esos puestos sean municipales, estatales o federales.
Es vergonzante y aberrante ver con qué facilidad se van de un partido a otro y lo más grave que son aceptados pese a que muchos y muchas han tenido problemas hasta con la justicia. En fin, hablar de política, no es nada bueno, porque viven más limpios los cochinos que los políticos.
Por hoy es todo.
HASTA LA PRÓXIMA.
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