Lima.- El presidente peruano Martín Vizcarra subió por primera vez su popularidad en lo que va de su gestión, mientras que la poderosa lideresa opositora Keiko Fujimori cayó a un mínimo histórico en medio de un escándalo por corrupción que remece el país sudamericano.
Una encuesta nacional de la firma Datum Internacional publicada el jueves en el diario Perú21 indicó que la aceptación de Vizcarra subió diez puntos hasta llegar a 49% en agosto. De otro lado, el mismo estudio mostró que la lideresa del dominante partido opositor Fuerza Popular se desplomó a su nivel más bajo de su carrera política descendiendo a 14%.
Es la primera vez que Vizcarra eleva su popularidad desde que llegó al poder en marzo pasado, cuando reemplazó al renunciante presidente Pedro Pablo Kuczynski, inmerso en una presunta compra de votos congresales a cambio de apoyo a su gestión.
“Vizcarra conectó muy bien con la población cuando en julio anunció la convocatoria a un referéndum para prohibir la reelección de congresistas. La población siente rechazo al Congreso; hay un hartazgo, una pésima imagen de obstrucción del parlamento y debido a que el Congreso es mayoritariamente fujimorista, la lideresa (Keiko Fujimori) termina sufriendo las consecuencias”, dijo a The Associated Press Urpi Torrado, directora de Datum Internacional, quien añadió que la escasa popularidad de Fujimori “descendió a su nivel histórico más bajo”. En enero, Fujimori tenía el doble: 28%.
El sondeo de Datum Internacional fue realizado a nivel nacional entre el 3 y 7 de agosto a un total de 1.200 personas y posee un margen de error 2,8 puntos.
En julio se inició la difusión de decenas de audios que mostraban cómo una red de jueces, fiscales, legisladores, electores de autoridades y empresarios realizaban favores mutuos para manejar la justicia a su antojo. El escándalo –cuyas consecuencias generaron la suspensión de un juez supremo, la renuncia de un ministro, la destitución de un poderoso grupo de electores de autoridades y el encarcelamiento del juez que dirigía la corte del puerto más importante– provocó que Vizcarra anunciara su intención de realizar un referéndum popular en octubre para reformar el sistema político y judicial.
Los audios también mostraron cómo un empresario le dice a un desprestigiado juez supremo que “la señora K” de la “Fuerza número uno” quiere reunirse con él. Poco después una parlamentaria del partido opositor Fuerza Popular identificó a “la señora K” como Keiko Fujimori, pero añadió que la cita no se produjo. El juez supremo debe resolver en las próximas semanas si se continuaba o no con una investigación fiscal por presunto lavado de activos contra Fujimori y su esposo.
En un giro inédito de la relaciones del gobierno y el parlamento, Vizcarra dijo el jueves que irá durante la tarde a la sede del legislativo para entregar de forma personal los proyectos que su gobierno quiere se consulten a la población en el referéndum. El mandatario busca prohibir la reelección de parlamentarios, regular el financiamiento privado de las campañas políticas, establecer una nueva forma para escoger al grupo de electores de autoridades claves en el poder político y proponer el retorno a un congreso bicameral. Perú tiene una sola cámara parlamentaria desde 1993.
La visita sin invitación de Vizcarra al Parlamento es observada por analistas como símbolo de independencia del mandatario frente a un legislativo dominado por el fujimorismo y desprestigiado por sus escándalos, entre ellos: varios parlamentarios fujimoristas que no habrían concluido sus estudios básicos e incluso una legisladora de ese grupo que falsificó sus certificados educativos e inventó una lista de maestros y compañeros de aula que no existen.
Torrado dijo que pese al repunte en la popularidad de Vizcarra, el mandatario “es un líder con cierto respaldo popular pero está muy solo”, no han mejorado los índices de aprobación de sus ministros y la bancada oficialista es pequeña y dividida. “Eso es un riesgo bastante alto porque las expectativas de la población harta de la corrupción es muy grande”, dijo. Vizcarra, un ingeniero civil de 55 años, culminará su gestión en 2021.