Ciudad de México.- El valor de las importaciones petroleras y del déficit comercial en hidrocarburos alcanzaron un máximo histórico en los primeros cinco meses del año a causa del alza global de los precios de los crudo, situación que puede complicar las finanzas públicas del país, dijeron especialistas.
De enero a mayo de este año, los precios del crudo ligero texano y de la mezcla mexicana reportaron alzas de 52.5% y 59.7%, respectivamente, lo que ocasionó que el valor de las compras petroleras al exterior sumara 27 mil 742 millones de dólares, el monto más elevado del que se tenga registro para el periodo.
Pese a que el valor de las exportaciones petroleras mexicanas también aumentó a 16 mil 503 millones de dólares hasta mayo, fue insuficiente para compensar por sí solo el costo de las importaciones del sector. De esta forma, el déficit de la balanza comercial de hidrocarburos llegó a 11 mil 239 millones de dólares, marcando también un récord para un periodo similar.
Del lado de los ingresos, el gobierno cuenta con más recursos por el alza de los precios del petróleo de exportación y los está aplicando para subsidiar el consumo de gasolinas en el interior del país, dijo Ernesto O’Farrill, presidente de Bursamétrica.
Sin embargo, del otro lado de la ecuación es que también debe adquirir a precio más alto los combustibles y gas que compra del exterior, lo que mete presión a las finanzas públicas, explicó.
Sólo en mayo, el valor de las compras del sector al exterior llegó a 6 mil 995 millones de dólares, un alza anual de 76%, que tiene que ver con que no se logra recuperar la capacidad de producción de petróleo crudo y, sobre todo, de refinación para cubrir la demanda interna del país, advirtió Aníbal Gutiérrez, profesor e investigador de la Facultad de Economía de la UNAM.
“Esto es lo que ha deteriorado la balanza petrolera, en términos de que el país está importando todo el combustible y gas, y no ha fortalecido su capacidad de producción, lo que genera una mayor dependencia petrolera del exterior”, agregó.
“Los dólares que se están generando no alcanzan para cubrir los dólares que se están gastando en materia petrolera, y se profundiza el desequilibrio”.
Por otro lado, el subsidio a las gasolinas reduce el margen de maniobra del gobierno en materia presupuestal, por lo que se ve en la necesidad de realizar más ajustes, mientras las prioridades del presidente Andrés Manuel López Obrador están claras en términos de sus programas sociales y electorales.
“Se está registrando un desequilibrio y una presión importante en las finanzas que va a seguir hacia adelante”, destacó el investigador de la UNAM.
Ahora la política energética del gobierno tiende a que el país sea autosuficiente, dijo. López Obrador ha dicho que ya no se va a exportar más petróleo, pero se supone que tampoco se va a importar cuando se echen a andar todas las refinerías.
“Eso se oye muy bonito, nada más que hay dos problemas: uno es, ¿cómo se va a pagar la deuda externa de Pemex?, porque debe 110 mil millones de dólares. Y si en el futuro ya no se va a exportar, ¿de dónde saldrían los dólares para pagar esa deuda externa?”, advirtió O’Farrill.
Otro problema son las tendencias del sector, dijo.
“Para qué nos empeñamos en ocho refinerías trabajando a todo lo que da, si varias compañías automotrices están comprometidas a que, a partir de 2030, ya no van a producir automóviles de motor de combustión, sino puros eléctricos”, recalcó.
“Esta política no tiene pies ni cabeza, porque la gran mayoría de las empresas o las empresas estadounidenses que se han venido a invertir a México, también están comprometidas a que, a partir de 2030, van a generar emisiones contaminantes netas cero”, agregó O’Farrill.
“El modelo energético del gobierno no corresponde a la realidad actual y conlleva un costo enorme para el país”, señaló.