El Senado de Estados Unidos sostuvo una maratónica votación de más de 13 horas sobre el proyecto de ley de presupuesto impulsado por el presidente Donald Trump, que incluye miles de millones de dólares en créditos fiscales y control migratorio, así como recortes a la cobertura médica.
Los senadores sometieron a varias rondas de votación a la “Gran y hermosa ley”, como la llama Trump.
El objetivo de los demócratas fue retrasar lo máximo posible la votación final y conseguir que los republicanos, que son mayoritarios en el Congreso, rechacen propuestas.
Los republicanos no le dirán a Estados Unidos lo que hay en el texto”, dijo el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, “por eso los demócratas están haciendo presión para que se lea de principio a fin”.
Después de su discusión en la Cámara alta, el proyecto de ley volverá a la Cámara de Representantes, que ya adoptó su propia versión, para su aprobación final.
El tiempo se agota. El viernes, 4 de julio, es festivo nacional y Trump fijó este día como fecha límite simbólica para que la iniciativa llegue a su despacho para promulgarla.
El texto prevé prolongar los créditos fiscales adoptados durante el primer mandato de Trump, elimina el impuesto a las propinas e incluye miles de millones de dólares adicionales para defensa y control migratorio.
Aún está en juego la ley pues al menos dos de los 53 senadores del Partido Republicano se unieron a los demócratas al oponerse a un proyecto que dejaría sin seguro médico a casi 12 millones de personas más en 2034.
Los republicanos están divididos sobre los recortes a Medicaid, el programa de salud para los más pobres, que dejaría sin fondos a decenas de hospitales rurales y que haría que unos 8.6 millones de personas dejen de recibir atención médica.
