Staff MuroPolítico
Ciudad de México.- Cuando la literatura recrea episodios históricos, tiene la capacidad de despertar en los lectores el interés por el pasado de México y en el caso específico de hablar sobre la Guerra Cristera genera una actual reflexión sobre las consecuencias del radicalismo, señaló Miguel Ángel de León Ruiz, investigador de la Universidad de Guadalajara y autor del libro El sermón de los muertos.
La novela editada por Suma de letras narra las vivencias de Mario, un niño que se unió al movimiento armado de los católicos en 1926, quien vive el exilio de su pueblo, la cárcel, la persecución, pero sobre todo, dilemas morales sobre la guerra y su inevitable consecuencia: los asesinatos.
“Creo que esta novela nos debe llevar a la reflexión por lo que estamos viviendo actualmente, lo que ocurrió en la Guerra Cristera fue un radicalismo y ahora lo vemos, aunque en un contexto diferente, con el Estado Islámico que en nombre de Dios arrasa con cualquier cosa. Posiblemente la novela lleve a la reflexión sobre el radicalismo y en tener cuidado de no repetir esas historias”, precisó el autor.
Aunque el investigador reconoce que existen buenas novelas sobre este episodio histórico, tal es el caso de José Trigo de Fernando del Paso, Rescoldo de Joaquín Leguina o Pueblo en vilo de Luis González y González, mencionó que no existe mucha literatura actual.
“Lo que intenté fue separarme de textos testimoniales, hechos por combatientes que terminan siendo ediciones de autor. También traté de no hacer denuncia, sino enfocarme al aspecto estético en la creación de un texto”, dijo.
Sobre Mario, el protagonista de la novela, comenta Miguel Ángel de León que necesitaba un personaje que pasara por momentos difíciles, desde la muerte de su familia a causa de una inundación en su pueblo, el fallecimiento de la niña que le gustaba: Beatriz y su adhesión obligada al ejército cristero por parte del sacerdote de su comunidad.
El autor señaló que a pesar de que Mario es un personaje ficticio, tuvo que documentarse sobre qué estaba ocurriendo en esos momentos en la vida del país, para tener un contexto histórico verídico.
“La vida que tenían las personas en ese tiempo era muy parecida a lo que le sucede a Mario, sobre todo en Guanajuato, Jalisco y parte de Michoacán. En Jalisco no hubo un reparto agrario y cuando llega el problema cristero lo que ocurre primero fue una lucha entre agraristas contra hacendados, pero cuando la iglesia interfiere, esa zona explota”, detalló.
CONCIENCIA. El autor resaltó que El sermón de los muertos no es una publicación histórica porque la historia intenta contarnos lo que ocurrió y la literatura tiene la ventaja de contar lo que pudo haber ocurrido. “Hay situaciones, por ejemplo, una parte donde matan a un capitán fuera del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en Guadalajara, es un hecho que ocurrió, pero los personajes no son verídicos. Aprovecho el hecho para darle continuidad a la novela”.
En esta publicación, explicó, trató de hurgar en la conciencia de los personajes, es decir: ¿qué ocurre con un individuo que se alía a un movimiento para buscar una salvación y un supuesto paraíso prometido con ciertas reglas morales?
“Estar en una guerra rompe con todas las reglas morales, entonces qué ocurre con el interior de Mario, qué choque existe entre lo bueno y malo. ¿Cómo penar las reglas de la Iglesia católica que dice no matarás, cuando él está metido en una guerra cruel?, ¿qué está pasando con todas esas normas?, Él está luchando por su propia salvación, pero a la vez siente que se está hundiendo en algo que no debe hacer”, precisó.
Por último, el investigador dijo que también buscó la reflexión sobre las jerarquías eclesiásticas del momento que intentaron aprovecharse de los sentimientos de culpa de los pueblos para impulsarlos a una lucha “y que a final de cuentas, hasta los sacerdotes fueron engañados porque se dan cuenta que todo fue una cuestión de poder”.