(Agencia)
Ciudad de México.- Morir o no morir, del dramaturgo catalán Sergi Belbel, es una obra que experimenta con el tiempo para narrar cómo siete personajes eluden la muerte y lo que habrían hecho cada uno con su existencia.
La obra se conforma con diferentes historias: el guionista, el heroinómano y su hermana, la madre y la hija, el enfermo y la enfermera, la señora, los policías y el motociclista, el asesino y la víctima. Y se divide en dos partes: La primera, llamada “Morir”, muestra a los protagonistas que encaran a la muerte, no en un largo letargo y duelo íntimo, sino en su sentido inmediato, en situaciones ridículas y absurdas; en la segunda, “o no Morir”, el dramaturgo les otorga una concesión de esperanza: les brinda la oportunidad de redimir su camino por la vida, sucumbiendo ante la necesidad humana de otorgar siempre segundas oportunidades.
Ciertamente el texto es largo y las historias, como es de esperarse, terminan por enlazarse y ser algo más que individuos que exponen un instante, un tiempo y un lugar en la ajetreada, ensimismada, inmediata, frívola y ajena contemporaneidad.
El guionista: muestra a un hombre sin reciente trabajo creativo, relata a una mujer su última historia en la que un chico es brutalmente atropellado, de inmediato comienza a sentir fuertes punzadas en el brazo. El heroinómano: es un joven que discute con su hermana porque quiere persuadirlo a desintoxicarse, y en un arrebato el joven ingiere una dosis letal. La madre y la hija: muestra la incomunicación y las diferencias generacionales entre una madre castrante y su hija agobiada, quien en un acto de rebeldía se atasca de comida provocándose la asfixia. El enfermo y la enfermera: un joven se atraganta una dosis de pastillas en un cuarto de hospital y nunca puede encontrar el botón para llamar a la enfermera. La señora: una mujer se queja de soledad y abandono, al tiempo ve fantasmas y recibe una llamada telefónica que notifica la muerte de su hijo. Los policías y el motociclista: una patrulla se pasa un alto y arrolla a un joven motociclista. El asesino y la víctima: un matón y su víctima reflexionan ante la existencia de dios y la probabilidad de su intromisión para evitar su ejecución.
La escenografía de Jorge Ballina consiste en diversas camas quirúrgicas que lo mismo hacen un cuarto de hospital, una casa, la calle, etcétera. Una atmósfera de frialdad donde se percibe a la muerte como una entidad abstracta y difusa. El diseño sonoro de Sebastiano Urquieta también auxilia enormemente los diversos cuadros.
Morir o no morir, con la dirección de Antón Araiza y las actuaciones de Ana Valeria Becerril, Regina Flores, Paula Watson, Nicolás Mendoza, Pedro Mira, Fernando Villa Proal, Miguel Romero, Concepción Márquez, Sophie Gómez, Raúl Villegas, Norma Angélica, Gabriel Hernán, Amanda Farah, Erwin Veytia ã Se presenta hasta el 5 de mayo, lunes y martes a las 20:45 horas en el Foro Lucerna, Lucerna 64, colonia Juárez.