(Agencia)
Ciudad de México.- Es necesario que el magisterio y la ciudadanía sean activos en la defensa de la educación pública, señaló el dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Juan Díaz de la Torre.
Por ello, llamó a votar a los maestros en las próximas elecciones de manera crítica y por quienes defienden los intereses del gremio y la educación.
Subrayó que en momentos en que los ciudadanos mexicanos tendrán la oportunidad de elegir a quienes los representarán en la Cámara de Diputados, hay que revisar sus propuestas en materia de educación y así incidir para defender a la escuela pública.
En el marco de la firma de un convenio de colaboración con la American Federation of Teachers (AFT), que aglutina un millón 600 mil trabajadores de la educación en Estados Unidos, argumentó que cada año, justo antes de la celebración del Día del Maestro, se estigmatiza y descalifica a este gremio.
Destacó que la escuela pública “es el espacio privilegiado en el que la igualdad adquiere carta de naturalización” y corresponde a los maestros defenderla y a sus sindicatos ser guardianes de la profesión docente. De ahí la intención de los acuerdos firmados por estas dos organizaciones que tienen la legítima representación de los profesionales de la educación en sus respectivos países.
Además, resaltó la importancia de comprometer y empoderar a los maestros como actores estratégicos en la búsqueda de un mejor destino para los alumnos, lo que derivaría en una mejor calidad de vida.
Advirtió que el desafío de la calidad de la educación y los derechos de los trabajadores no son excluyentes ni contradictorios, por lo que no acepta que se pretenda responsabilizar a la organización sindical del deterioro de la educación en México.
El dirigente se manifestó así en contra de lo que llamó la satanización de los maestros con una visión punitiva de la reforma educativa, afirmando que la idea debe ser evaluar y castigar.
En su oportunidad, Randi Weigarten, presidenta de la AFT, enfatizó que el Estado no puede hacerse a un lado de su responsabilidad de financiar la educación pública, ya que de no hacerlo significa ponerla en riesgo y con ello la viabilidad de las sociedades.