Por Itzchel Moreno
Al finalizar la segunda guerra mundial, más de 200 mil mujeres se habían sometido involuntariamente o bajo engaños a ser “chicas de consuelo”, que no era más que ejercer la prostitución en campos militares para evitar que los hombres orientales involucrados en el conflicto bélico incurrieran en violaciones.
Muchas de ellas eran seleccionadas de manera previa antes de iniciar una matanza en las aldeas.
Otras fueron contratadas en los pueblos cercanos bajo el engaño de brindar servicios de limpieza a los soldados.
Así lo refiere el portal www.eurasia1945.com, el objetivo de esta página es informar sobre hechos poco difundidos durante la segunda guerra mundial y entre ellos están las mujeres que soportaron la atención sexual de hasta veinte hombres al día.
La esclavitud a la que se sujetaron estas mujeres, fue evitar las violaciones masivas que los japoneses hacían en muchas poblaciones que quedaban bajo su dominio.
Pero estas faltas al cuerpo de ellas nunca terminaron.
En cambio si respiraron hasta el último día de su vida los fétidos aromas de los cuartuchos donde habitaron en condiciones infrahumanas. Hasta que una coreana con 63 años de edad narró parte de los hechos.
Su nombre Kim Hak Soon, la mujer que develó esta parte de la historia en el año 1991, sigue viva en cada una de las mujeres que continúan soportando humillaciones de parte de los hombres.
Ahora no son reclutadas con engaños, ni secuestradas… Hoy las enamoran y una vez en el hogar mueren por violencia doméstica.
Otras salen a la calle y por la ignorancia de los hombres son observadas una vez más como receptáculos de semen.
El feminicidio, nunca se detuvo al finalizar una guerra, el feminicidio, se oculta al interior de las viviendas y en el corazón de muchos hombres.
Si dejamos de gritar, podríamos escuchar al resto de las mujeres pidiendo auxilio atrás de la abnegación o la prepotencia…