A hombres y mujeres nos ha ocurrido que al tener una relación estable, comienzan a girar en nuestro entorno los coqueteos del sexto opuesto, o del mismo, ¡para ser equitativos!
Nos preguntamos por qué no generamos ese atractivo cuando estamos solos. La respuesta puede estar en los resultados de un grupo de Psicólogas de la Universidad Iberoamericana en coordinación con académicos de la Universidad de Hidalgo y la UNAM que decidieron estudiar el deseo sexual de las mujeres mexicanas de 18 a 64 años de edad. La muestra fue aleatoria, pequeña y todas tenían pareja estable.
Y se descubrió, entre muchas cosas, que cuando las mujeres se ubican en una relación satisfactoria, baja la personalidad impulsiva que todos tenemos, este tipo de personalidad nos hace inestables, agresivos y en ocasiones hasta apáticos.
Cuando estamos bien se favorece la atracción interpersonal, es decir, por eso atraemos a otros cuando estamos satisfechos.
Otro resultado develó que tienen más deseo sexual las mujeres que no tienden a la promiscuidad, es decir, las mujeres fieles, tienen más deseo sexual que aquellas que toleran la lujuria, infidelidad, la aventura o el sadomasoquismo.
Los propios investigadores hacen una anotación al respecto y explican que esa inhibición del deseo sexual, es también parte del entorno cultural, pues la mayoría de las mujeres aún bloqueamos el deseo, no abrimos esos sentimientos porque se cree que el deseo sólo ocurre en pareja, en medio del enamoramiento y al estar sola la mujer no se permite sentir las ganas, porque la sociedad le censura.
Para medir el deseo también influye la personalidad de la pareja, pues si se tienen celos, simplemente no quieres intimidad, si la práctica sexual es perversa genera inseguridad y poco a poco la mujer pierde la apertura mental hacia el sexo.
La próxima vez que te descubras “sin ganas”, analiza que ocurre en tu interior, siempre habrá un factor que haya apagado el fuego, pero este puede volver a encenderse si les pones fin a lo que ocasiona tu inseguridad, incluido el cambio de pareja si sus actitudes y su práctica sexual te disgusta.
La confianza en el otro genera las relaciones más placenteras, la entrega y las explosiones al final.